En esta nueva etapa para mi y mi familia muchos preguntan si me he vuelto hipie o loca porque trabajo la piedra, uso leña y he reducido el consumo de cosas superfluas.
Cuesta abrir brecha cuando uno empieza a tomar conciencia que la vida que llevaba hasta hace poco no era nada buena para mi y los míos.
Corrí trabajando en diferentes cosas y muchísimas horas al día para subsistir, terminé con la salud destrozada y hoy he optado por una vida más simple y cercana a lo natural.
Me volví hipie, salvaje, silvestre... que cada cual saque sus conclusiones.
Disfrutar de lo que hago en forma desacelerada no es bien comprendida por una sociedad en extremo consumista y eso quizás me anima a darle más fuerza a mi proyecto.
Tengo mucho que agradecer porque cada día me levanto y puedo darme cuenta que estoy viva y eso es lo que de a poco quiero transmitir a mis hijos y a las personas que me conocen.
Es bueno descubrir que más allá de las personas, todos podemos cambiar.
Claudia A. Caracciolo
caraccioloclaudia@hotmail.com